LUMBALGIA
El lumbago, lumbalgia o dolor de espalda baja es una dolencia muy frecuente en nuestros días. Afecta a personas de todas las edades y puede limitar seriamente las actividades cotidianas si no se trata adecuadamente.
Las malas posturas, la falta de ejercicio físico y las formas inadecuadas de cargar peso son las causas más comunes de la lumbalgia. En muchos casos, el origen del dolor está en una contractura muscular, aunque es importante comprobar que no exista una hernia discal o pinzamientos en los nervios de la columna lumbar, que pueden agravar la situación.
Los síntomas habituales suelen ser dolor localizado en la parte baja de la espalda y rigidez muscular. Estos síntomas suelen aparecer dentro de las primeras 24 horas posteriores a una contractura muscular. Algunas personas pueden experimentar lumbalgia crónica debido a malas posturas repetidas o a otras patologías que afectan la zona lumbar.
¿Cómo evitar la lumbalgia?
Prevenir la lumbalgia es posible siguiendo unas pautas básicas:
- Buena higiene postural: Mantener una postura correcta al estar sentado, de pie o al levantar peso.
- Tonificación de la musculatura: Fortalecer los músculos de la zona lumbar y abdominal para mejorar la estabilidad.
- Ejercicio regular: Mantenerse activo con actividades que no sobrecarguen la espalda, como caminar o nadar.
- Evitar cargas de peso: Levantar objetos pesados correctamente o utilizar herramientas de ayuda.
¿Cómo se trata?
La ayuda de un profesional es fundamental para un tratamiento eficaz. Además, estos puntos son clave para la recuperación:
- Calor local: Relaja la musculatura y alivia el dolor.
- Reposo controlado: Descansar sin prolongar la inactividad.
- Ejercicio gradual: Recuperar movilidad con ejercicios adecuados.
- Corrección postural: Aprender a mantener una postura correcta para evitar recaídas.
La lumbalgia es un problema frecuente, pero con prevención y tratamiento adecuado, es posible recuperar la calidad de vida.